Alertcops: la policía del siglo XXI (ESPAÑA)
JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ FORNET.
La secretaría de Estado de Seguridad ha puesto en marcha una App de instalación gratuita para teléfonos móviles llamada AlertCops, que en poco tiempo ha conseguido 500.000 usuarios y que supone un adelanto tecnológico importante en la relación de la Policía con la ciudadanía.
Consiste en una App para avisar por teléfono mediante llamada o chat a las fuerzas de seguridad, que permite enviar fotos y vídeos y que dispone de un geolocalizador que facilita la ubicación del lugar desde el que se emite la alerta o llamada por presenciar algún hecho delictivo o reclamar alguna asistencia policial urgente. Hasta aquí la teoría de la nueva herramienta tecnológica. Ahora veamos la realidad que conocen todos los policías y guardias civiles y desconoce la ciudadanía y que no tiene nada que ver con la propaganda de Interior.
Para que dicha alerta sea eficaz se precisa un adecuado despliegue de las fuerzas de seguridad del Estado por todo el territorio nacional y eso no ocurre hoy. Hasta hace unos 10 años existía dicho despliegue de vehículos en las ciudades, ámbito de actuación de la Policía, donde el tiempo de respuesta a llamadas al 091 estaba en menos de 3 minutos, la media más baja conocida en ninguna policía del mundo, pero eso hoy y desde hace años ya no es así. Cualquier persona que llame al 091 en cualquier lugar de España podrá comprobar que es posible que pasen minutos antes de que su llamada sea atendida. Puede ocurrir lo mismo si llama al 112, el número de emergencia europeo que en España se solapa con el 091 y cuya coordinación es manifiestamente mejorable. Las salas del 091 están, prácticamente todas, muy por debajo del número mínimo de personal necesario para atender las llamadas de inmediato. El 062 de la Guardia Civil nunca ha alcanzado el nivel de eficacia y respuesta del 091, la mayoría de cuarteles de la Guardia Civil cierran de noche y fines de semana y en las zonas rurales, competencia de la Guardia Civil, son habituales las patrullas ciudadanas para impedir robos en el campo y pueblos pequeños. La Guardia Civil se concentra en las ciudades porque allí obtiene más réditos de imagen que en las zonas rurales, incumpliendo lo dispuesto en la ley orgánica 2/86.
No solo en las salas del 091 existe un grave problema de planificación de los mandos policiales y responsables políticos de la seguridad pública, sino que ello se ve agravado porque, una vez conseguido que la sala del 091 atienda la llamada, puede ocurrir que sea una de las miles que cada mes se quedan sin atender. Y no llamadas de asuntos sin importancia. Por ejemplo, unos vecinos de una barriada sevillana el pasado verano esperaron dos horas sin que llegara un coche policial mientras un ciudadano bajo los efectos de drogas y/o alcohol se paseaba entre ellos, sentados en una terraza de un bar, amenazando con un cuchillo de grandes dimensiones. Ni la Policía Nacional ni la Local acudieron a las llamadas y a ninguno se le ocurrió avisar a la Guardia Civil, con un cuartel cercano, porque es sabido que es el Cuerpo que más tarda en acudir a llamadas de emergencia. Entre varios ciudadanos lo redujeron y mantuvieron detenido durante bastante tiempo. O una mujer que llamó durante más de dos horas mientras su expareja golpeaba la puerta de su vivienda con una piedra de considerables dimensiones intentando derribarla y amenazaba con matarla. Por suerte para ella la puerta resistió. De haber sido superada posiblemente engrosaría hoy las estadísticas de víctimas mortales de la violencia de género y sus llamadas al 091 nunca serían conocidas,
La habitual denuncia de falta de personal a la que se recurre por sindicatos y asociaciones de policía y guardia civil no es cierta; se debe a un problema de organización de cada Cuerpo y de coordinación entre ellos, porque hoy, con varios miles de efectivos menos que hace 10 años, España sigue siendo el segundo país de la UE en la ratio policías/habitantes solo por detrás de Italia.
Los coches “Zs” o GAC (Grupos de Atención a la Ciudadanía, los que atienden las llamadas al 091) son los peor considerados y los que se usan para cualquier circunstancia imprevista, porque su tarea, atender a las llamadas urgentes de la ciudadanía, no es ninguna prioridad para los mandos ni para los responsables políticos. La seguridad de la ciudadanía es algo secundario y se detraen vehículos de este servicio siempre que aparece algún político por la ciudad en cuestión para darle seguridad, o para custodia de presos en hospitales (competencia de Instituciones Penitenciarias), o para otras incidencias imprevistas que considere el jefe de turno, como boda de la hija de un subdelegado, o evento de un personaje importante amigo del mando policial, entre otros varios. Numerosas denuncias durante años por hechos como estos han caído en saco roto mientras quedaban dos coches, o uno, y a veces ninguno, para una ciudad que requería como mínimo seis, ocho o diez vehículos de prevención y asistencia a la ciudadanía. Como no hay instrumento de control externo ni transparencia, el número de llamadas al 091 y 062 sin atender y el tiempo de respuesta a las mismas son datos que se ocultan para mantener una ficción de seguridad que muchas veces no se corresponde con la realidad. Si se conocieran estos datos reales y sin manipulación estaríamos ante un escándalo de gran magnitud.
Además de lo dicho hasta ahora, la Policía reorganizó hace pocos años sus Brigadas de Seguridad Ciudadana y donde todos los efectivos eran GAC, para atender las llamadas de la ciudadanía, se han creado otras Unidades -no en todas las plantillas- como las UPR (Unidades de Prevención y Reacción) o los GOR (Grupos Operativos de Respuesta), cuyos efectivos se han detraído de la atención a la ciudadanía y cuya misión principal es llevar a cabo controles de la ciudadanía, redadas en bares y locales etc. Aunque en estos momentos se está revisando el procedimiento, se ha dado el caso de llamada urgente al 091 sin que hubiera efectivos del GAC cerca mientras varios miembros de una UPR estaban en zona cercana realizando un control de identidad a personas sin que fueran avisados de la incidencia. Un coche policial parado en una calle que haga 100 identificaciones es menos eficaz, garantiza menos seguridad, que si no hace ninguna y está patrullando el distrito. Es tan elemental que produce vergüenza tener que decirlo. Dichas identificaciones masivas aleatorias que aquí suman varios millones cada año son ilegales y no se llevan a cabo en ningún país de nuestro entorno porque vulneran derechos civiles de la ciudadanía. Esta práctica de identificaciones sin causa legal para ello (que el identificado sea sospechoso de haber cometido un delito o de que puede cometerlo) se impuso en la década de los 90 al hilo de la “Ley Corcuera” y se mantiene hoy ampliada con la “Ley Mordaza”.
Bienvenidos sean los avances en tecnología pero para que sea eficaz y supere el estadio de mera herramienta propagandística Interior tiene una ardua tarea y muchos cambios que proyectar en las fuerzas y cuerpos de seguridad, la Policía Nacional y la Guardia Civil.